martes, 11 de diciembre de 2012

COLESTEROL BUENO Y COLESTEROL MALO

El colesterol consta de dos fracciones distintas: 
  • lipoproteínas de alta densidad ("high density lipoproteins" o HDL)
  • lipoproteínas de baja densidad ("low density lipoproteins" o LDL)

Al estudiar sus efectos en el organismo, se ha constatado que las personas con altos niveles de HDL están más protegidas de las enfermedades del corazón, frente a las que tienen bajos niveles de HDL. Por el contrario, niveles altos de LDL se han asociado a un mayor riesgo cardiovascular. 

De ahí que a las HDL se les conozca popularmente bajo el nombre de colesterol bueno y a las LDL como colesterol malo

El colesterol malo (LDL) se oxida y se deposita en las paredes de las arterias, donde se acumula y forma placas de ateroma que se pueden romper y generar un trombo que se desprende, circula por la sangre hasta obstruir una arteria y provoca un infarto de corazón o cerebral (ictus). En cambio, el colesterol bueno (HDL) no permite que llegue el LDL de los alimentos al hígado y, por lo tanto, que se oxide y se acumule en las arterias.

Consejos para subir el colesterol "bueno" y reducir el "malo"

  • Aumentar el colesterol bueno mediante ejercicio físico, porque lo contienen pocos alimentos, sobre todo los ricos en Omega 3 y 6, como el pescado azul, frutos secos como las nueces.
  • Frenar la absorción del colesterol malo con alimentos ricos en fibra como las verduras, legumbres, cereales integrales y la fruta para neutralizar sus efectos del colesterol malo.
  • Evitar los alimentos con colesterol malo ricos en grasas saturadas, presentes en la mantequilla, carnes rojas, la yema de huevo, embutidos, quesos o alimentos procesados, porque elevan el colesterol en sangre. No obstante, se advierte que el aumento del colesterol no depende tanto de la ingesta de mucho colesterol malo, sino de la ingesta total de grasa. Esto significa que debe limitarse su consumo diario.

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