miércoles, 5 de diciembre de 2012

LA MORINGA: AYUDA A REDUCIR EL COLESTEROL

La moringa (Moringa oleifera) es una planta de origen tropical. La descripción de su composición apunta a su riqueza en proteínas y en vitaminas (sobre todo A y C). Desde el punto de vista científico, un número creciente de estudios asocian la ingesta de moringa en polvo con numerosos usos medicinales, como la mejora en la presión arterial, la glucosa y la reducción del colesterol, entre los más llamativos.

En el ámbito de la ciencia experimental, de la medicina basada en la evidencia, los estudios desarrollados hasta el momento, in vitro  y con animales de experimentación, llegan a las mismas conclusiones que el conocimiento empírico. Se confirman sus acciones cardiotónicas y cardiocirculatorias, antihipertensivas y diuréticas, antiinflamatorias y antiespasmódicas, de mejora del control de la diabetes y reducción del colesterol.

La moringa, es una buena fuente de aminoácidos (arginina, histidina, isoleucina, leuicna, lisina, valina, metionina, triptófano, fenilalanina, treonina) y de proteínas, vitaminas, beta-carotenos y antioxidantes de distinta naturaleza, como diferentes compuestos fenólicos (zeatina, quercitina, beta-sitosterol, ácido caffeoylquinico y kaempferol).

Su creciente interés científico se explica por la composición variable y particular de fitoquímicos de cada parte:

  • El aceite extraído de la semilla tiene una variedad y complejidad de esteroles (kaempferol, campesterol, estigmasterol, beta-sitosterol, 5-avenasterol y clerosterol, entre otros destacados) que marcan la diferencia con respecto a la mayor parte de aceites convencionales comestibles. Esta particular composición, junto con un perfil interesante de ácidos grasos (abunda el ácido oleico, al igual que en el aceite de oliva) y su riqueza en diferentes tocoferoles (alfa, gama y delta) o tipos de vitamina E antioxidante hacen valioso al aceite y las semillas de moringa para usarlos como complemento hipocolesterolemiante.


  •   De las vainas y las hojas de la moringa, con las que se puede elaborar zumo, se han aislado compuestos de naturaleza diurética y con propiedades para reducir la presión arterial y los lípidos plasmáticos. El extracto crudo de las hojas de la moringa tiene una significativa acción para reducir el colesterol alto en ratas alimentadas con una dieta con alto contenido en grasas, una acción que puede atribuirse a un fitosterol, el beta-sitosterol. El uso tradicional que se da a las hojas también es el de una verdura, que se añade a las preparaciones culinarias. Además, se ha comprobado que el fruto tiene efectos hipocolesterolemiantes en animales de experimentación. Esta combinación de fitoquímicos explica la buena respuesta que se obtiene del uso de la moringa en los trastornos cardiovasculares.


  • Del extracto de la corteza del árbol se han reportado propiedades antifúngicas. El zumo de la corteza muestra efecto antibacteriano frente a Staphylococcus aureus, mientras que el zumo de las hojas frescas ha demostrado inhibir el crecimiento de microorganismos patógenos para los seres humanos (Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus).

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